Día de las mujeres rurales
El Día Mundial de las Mujeres Rurales fue establecido por las Naciones Unidas en diciembre de 2007 y se celebró por primera vez el 15 de octubre de 2008. Desde hace 14 años, este día viene a reconocer el papel decisivo de las mujeres en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.
En Bosque y Comunidad, somos conscientes del rol fundamental que las mujeres rurales a nivel cultural y social, en las actividades agrícolas, la seguridad alimentaria y el cuidado de sus familias. Lamentablemente, en muchos países del Sur, deben enfrentarse a una fuerte discriminación en lo que respecta al derecho sobre uso y propiedad de tierra, remuneración, participación política y en espacios de toma de decisiones, y el acceso a recursos, crédito y mercado, entre otras formas de exclusión. Todo esto se traduce en un empeoramiento de su calidad de vida, al mismo tiempo que se convierte en un obstáculo mundial para acabar con la pobreza y el hambre. Nuestro equipo trabaja a favor del fortalecimiento de la resiliencia de las mujeres rurales, buscando el empoderamiento político y socioeconómico y apoyando su participación plena e igualitaria en la toma de decisiones a todos los niveles, y desarrollando sus capacidades y herramientas.
En países como Mozambique, el 68,1% de la población depende de la tierra como medio de vida y subsistencia siendo, la mayor parte de la población rural, mujeres que se dedican en su mayoría a la agricultura, constituyendo la principal fuerza de trabajo del sector. La tierra agraria y su explotación tienen un régimen jurídico distinto al de España. Las tierras pertenecen al Estado, por lo que su naturaleza es pública y no se le aplica el régimen jurídico de la propiedad privada. Mediante el proyecto de investigación que estamos llevando a cabo, en colaboración con la entidad Centro Terra Viva, un análisis del impacto de género de instrumentos como el DUAT (Derecho al uso y aprovechamiento de la tierra) y los CGRN (Comités de Gestión de recursos naturales). Nuestro objetivo es identificar, prevenir y evitar la producción o el incremento de las desigualdades de género a través de la elaboración de una metodología en base a resultados que permita fortalecer las capacidades de los/las agentes de cooperación y de esta forma mejorar el impacto en género en las intervenciones y mejorar así la situación de las/los titulares de derechos, principalmente, sobre las mujeres.
También en Mozambique, se encuentra en ejecución el proyecto:“Mejora de las capacidades productivas con base en la gestión sostenible del manglar y el empoderamiento de mujeres y jóvenes en las comunidades de Macaneta, Gdzene, Macavule y Muntanhana en el distrito de Marracuene”, con el que se pretende contribuir a la mejora de las condiciones de vida y de la sostenibilidad ambiental en la provincia de Maputo, a través de la mejora de las capacidades productivas con base en la gestión sostenible del manglar y el empoderamiento de mujeres y jóvenes en dichas comunidades.
En Guinea Bissau, mediante el proyecto:“Burrito kata iagu: mejora y transferencia de un sistema de extracción de agua portátil de fácil uso para el riego de huertas de asociaciones de mujeres de Guinea Bissau”, actualmente en ejecución, estamos trabajando con diferentes asociaciones de mujeres del país, para diseñar, transferir y difundir un prototipo innovador de sistema de extracción de agua portátil que permita la adaptación de las huertas de las comunidades rurales al cambio climático contribuyendo al aumento de la seguridad alimentaria.
En España, con el proyecto de formación actualmente en ejecución, trabajamos sobre el impacto de las intervenciones de la cooperación andaluza que muchas veces se ve limitado por la falta de conocimiento sobre la vinculación e integración de las prioridades horizontales de sostenibilidad ambiental y equidad de género de sus agentes.
La justicia ambiental y la justicia de género, son dos ejes transversales a tener en cuenta en cada una de nuestras intervenciones, y nos sumamos a este día para reivindicar el papel fundamental que las mujeres rurales tienen como fuerza social, económica, cultural y política.
Todos los proyectos mencionados en este artículo han sido financiados por la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo.
Anímate a saber más sobre nuestro trabajo en nuestra web www.bosqueycomunidad.org o a través de Twitter, Facebook e Instagram
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